Cuando pienso en ti, ¿Qué recuerdos tengo de ti? Tú que oprimes al pobre y afliges al anciano; Tú que permites la injusticia y toleras la corrupción; Tú que combates el robo pero también eres un ladrón.
Venezuela, Venezuela,
Eres como un ciego guiando a otro ciego y no te das cuenta que ambos caerán en el abismo;
Eres como un barco en el medio del océano sin timón ni capitán que te dirija;
Eres como un sueño que nunca se hace realidad. Venezuela, Venezuela, ¿Qué será de ti?
Tú que juzgas la apariencia y aceptas las fantasías;
Tú que valorizas a tu gente por lo que tienen y no por lo que son;
Tú que adoras al oro negro y te postras ante él, sin reconocer quién te lo dio;
Tú que adoras las riquezas y alabas al Bolívar como si fuera tu Dios; Pueblo de amargura, de inseguridad, en desesperación sin saber que será del mañana. Venezuela, Venezuela,
¿Qué será de ti?
Tú que piensas primero en ti misma y de tus propios intereses e ignorando el sufrimiento y la aflicción de tu pueblo que gime con dolor.
Venezuela, Venezuela,
¿Qué será de ti? Ni el llanto, ni el clamor de tu pueblo llegan hasta el cielo, Ni tus lágrimas llegan hasta el suelo. Venezuela, Venezuela,
¿Qué será de ti?
Ha llegado la hora de despertar y de retornar a tú Creador, y que la luz de Cristo Jesús alumbre en tú corazón. Si solamente se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.
Venezuela, Venezuela, Que Dios tenga misericordia de ti, cuando venga a juzgar con Su Justicia y Su Poder. Venezuela, Venezuela, Que Dios tenga misericordia de ti.
En el año 1985 Dios me dio este mensaje profectico para la nación de Venezuela. Lo puse aun lado en mi biblioteca. Este es un escrito profético a raíz de los acontecimientos del Abril de 1989 cuando Carlos Andrés Pérez masacró al pueblo venezolano. Este documento lo publiqué en la mayoría de los periódicos en Venezuela en Abril de 1989.